La rodilla es una articulación compleja en su mecánica,que, si no la cuidas, empieza a molestar. En esta nota te damos algunas recomendaciones para que sepas cómo protegerla.

La rodilla necesita de los meniscos para que las superficies se deslicen de forma congruente, una rótula que la asegura por la parte anterior y unos ligamentos de deben fijarla pero al tiempo permitirle movilidad y todo, para sólo unos 120º de flexión y extensión en un solo plano.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la misma recibe gran cantidad de cargas, presiones y tracciones, sobre todo si la persona tiene una vida deportiva.

Las estructuras que más se resienten son:

  • Las superficies articulares (condromalacia),
  • Meniscos (roturas) y
  • Ligamentos (la temida triada).

Con un buen reforzamiento muscular y de trabajo propioceptivo ( es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos) podemos evitar en gran medida estas alteraciones y mejorar la salud nuestras rodillas para una vida activa  a largo plazo.

El cuádriceps es el responsable de la extensión de la rodilla, por tanto, se ve implicado en cualquier acción de desplazamiento o salto.  Por eso, su trabajo es fundamental en cualquier deportista, si bien, se puede trabajar en máquinas de forma aislada, es necesario dentro del ámbito del deporte, su trabajo en ejercicios no tan analíticos. Son mejores opciones el trabajo con sentadillas, zancadas, arrancadas o  multisaltos.

Ejercicios:
Deben tener el objetivo de proporcionar capacidad estabilizadora a la rodilla y fortalecer los músculos cuádriceps e isquiotibiales. Hay diversos ejercicios que puedes realizar sin necesidad de grandes medios materiales de trabajo.

Fuente:
Sportlife Argentina